LA AUTOESTIMA

LIC. NINA RODRÍGUEZ


INSTITUTO EOS

LA AUTOESTIMA



La autoestima es un tema que cada día despierta mayor interés, tanto en los psicólogos y en los educadores como en los padres. Uno de los factores que más incide en el aumento de este

interés, es la relación directa que existe entre una autoestima positiva y el éxito académico,

social y emocional de los niños. Esta proporciona herramientas para llevar una vida balanceada, desarrolla la capacidad de enfrentar problemas como la depresión, la anorexia, la timidez, abuso de drogas, el acoso, la burla, entre otros.



La autoestima se ha definido de diversas formas, pero su fundamento es el mismo. Consiste en la valoración que hacemos sobre nosotros mismos en distintas áreas (física, emocional,

intelectual, social, etc.), tomando en cuenta nuestras virtudes y limitaciones de manera responsable y realista. Es nuestro espejo real, el cual nos enseña cómo somos, qué habilidades tenemos a través de nuestras experiencias y expectativas. Es el resultado de la relación entre el temperamento del niño y el ambiente en el que éste se desarrolla. Desde principio de los años 90, el concepto autoestima tomó gran fuerza entre los psicólogos y los educadores. Ellos destacan que la formación de una autoestima positiva puede hacer que una

persona tenga confianza en sus capacidades, no se deje manipular por los demás, sea

más sensible a las necesidades del otro y esté dispuesta a defender sus principios y valores. El fortalecimiento y la formación de una autoestima sana es un trabajo constante por parte de los padres y los educadores. Ésta determinará el desarrollo emocional del individuo el cual debe

iniciarse desde el nacimiento del niño. De la adecuada formación de la autoestima dependerá

el desarrollo en el aprendizaje, en las relaciones con los demás, en las actividades, y por qué no decirlo, en la construcción de la felicidad.



Cuando un niño adquiere una buena autoestima se sentirá competente, seguro, y valioso. Entenderá que es importante aprender, y no se sentirá disminuido cuando necesite de ayuda. Será responsable, se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma

adecuada. Sin embargo, la formación de una autoestima negativa, será una barrera en su desarrollo en todas las áreas. Esto generará inseguridad, temores y hasta agresividad.



Una autoestima negativa puede desarrollar en los niños sentimientos como:

ANGUSTIA, INQUIETUD, IRRITABILIDAD.

DOLOR, SENSACIÓN DE VACÍO.

INDECISIÓN, INCAPACIDAD.

DESÁNIMO, PEREZA, TRISTEZA.

VERGÜENZA, TEMOR, TIMIDEZ.

ENOJO, IRA, RENCOR, CULPA.

MALESTARES DE TIPO FÍSICO (DOLORES ESTOMACALES, DIARREAS, ETC.)



Estos sentimientos pueden llevar a una persona a sufrir desde depresiones, complejo de culpabilidad, cambios repentinos del humor, crisis de ansiedad, de pánico, reacciones inexplicables, indecisiones, envidia, miedos, hipersensibilidad, pesimismo, impotencia, adicciones, agresividad y desvalorización; por tanto, estará siempre comparándose con los demás, subrayando las virtudes y las capacidades de los demás.



AUTOESTIMA

POSITIVA

Tener ganas de intentar algo nuevo, de aprender, de probar nuevas actividades.

Ser responsable de sus propios actos.

Hacerse responsable de otras personas; tener conductas pro sociales.

Confiar en sí mismo y en su propia capacidad para influir sobre los eventos.

Autocrítica. Aprender de los errores.

NEGATIVA

Rehuir a actividades intelectuales, deportivas o sociales por miedo al fracaso.

Engañar. Mentir. Echar la culpa a otros.

Conductas regresivas (hacerse el pequeño). Comportamientos no sociales.

No confiar en sí mismo. Creer que no tiene capacidad de control sobre los eventos.

Manifestar una actitud cooperadora.

Agresividad, timidez excesiva o violencia.

Negación frecuente. Frustración.



Para educar a nuestros niños no existen recetas exactas, pero sí podemos tener ciertos

patrones que nos servirán de guía para ayudarlos a construir la felicidad en cada paso. Para esto, hay que tener en cuenta varios factores: el temperamento del niño, sus intereses, sus

destrezas, su vulnerabilidad y su nivel cognitivo.



SEGURIDAD Y SINGULARIDAD. Un niño que se siente seguro puede actuar con libertad en la forma que le parezca más oportuna y efectiva. Y un niño se siente seguro si a su vez se considera “especial” en el sentido positivo del término o único. Para ello necesita ser aceptado, valorado y querido por ser como es.

SENTIDO DE COMPETENCIA. El niño debería sentirse capacitado para hacer frente a las distintas situaciones que ocurren durante su desarrollo, debe saber que PUEDE. Para

ello debe dársele la oportunidad de elegir, de acertar y sobre todo, de equivocarse (de los errores se aprende mucho).

SENTIDO DE PERTENENCIA. Es la sensación de sentirse aceptado por parte de su grupo (raza, religión, cultura, barrio, clase, familia, etc).

SENTIDO DE MOTIVACIÓN Y FINALIDAD. El adulto puede dirigir la motivación del niño hacia actividades que favorezcan su desarrollo personal, de acuerdo con sus capacidades.

Es importante que estos objetivos sean atractivos y realistas, para que con frecuencia se logren y en caso de fracaso puedan ser vividos más como un desafío personal que como barreras.



Trucos prácticos para favorecer la AUTOESTIMA POSITIVA:



DESARROLLAR LA RESPONSABILIDAD del niño, en un clima de aprendizaje, dándole la oportunidad de realizar tareas en un ambiente cálido, participativo e interactivo, procurando incentivarlo de forma positiva. Ejemplo: Ordenar sus juguetes, llevar el vaso al fregadero.

DARLE LA OPORTUNIDAD para tomar decisiones y resolver problemas, mostrando confianza en sus capacidades y habilidades para hacerlo. Ejemplo: Seleccionar el color de su ropa.

REFORZAR POSITIVAMENTE LAS CONDUCTAS siendo efusivo, claro y concreto. Si las alabanzas son muy generales no dan una pista sobre el comportamiento adecuado, pudiendo originar confusión. Por ejemplo, si el niño ha ordenado el cuarto le diremos: “Muy bien, tu cuarto está perfecto, gracias por ayudarme”. (Respeto, amabilidad y refuerzo positivo).

ESTABLECER UNA AUTODISCIPLINA poniendo límites claros, enseñándole a predecir las consecuencias de su conducta. Ejemplo: “Si no haces tus deberes antes de la hora de la cena, sabes que no verás el partido”. Y si no los hace en ese tiempo - que debería ser razonable - no cambiar de opinión aunque se trate de su programa preferido (congruencia y consistencia).

ENSEÑARLE A RESOLVER adecuadamente los conflictos, a aprender de los errores y las faltas como algo positivo y habitual en el crecimiento y en la vida en general. Ejemplo: “No estudiaste para el examen, ahora deberás prepararte durante el verano”. (Respeto, asunción de consecuencias, refuerzo y no culpabilización, sino oportunidad de aprendizaje).



USAR ALGUNAS REGLAS BÁSICAS de lenguaje:

distinguir entre conducta e individuo, esto es, no globalizar ni personalizar. Ejemplo: “Eres un desastre y un desordenado, tienes tu cuarto sucio y feo”, frente a: “No me gusta ver tu cuarto tan desordenado, me pone furiosa”. (Es el desorden y no tú lo que me disgusta).

ADEMÁS hay que intentar no utilizar un lenguaje peyorativo y ser preciso en el uso de los términos, de forma que la comunicación favorezca el entendimiento y no la confusión y el insulto.



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